sábado, 7 de mayo de 2016

Pedro Páramo

Pedro Páramo de Juan Rulfo se publicó en 1955 y es una de las más importantes novelas hispanoamericanas del siglo XX, por el impacto que tuvo en su momento y la influencia posterior. Ambientada en el México revolucionario, se inscribe dentro del realismo mágico, género que pretende mostrar el carácter mágico e irreal de la realidad americana.
El argumento es sencillo. Juan Preciado acude a Comala, el pueblo de su madre que acaba de morir, para reclamar la herencia a su padre, Pedro Páramo. Allí descubre un pueblo desolado y a unos personajes fantasmales que le dan cuenta de la vida del pueblo y de la de su padre, hasta que descubre que todos están muertos, y que él mismo está muerto. Poco a poco las escenas de la vida de Pedro Páramo va tomando protagonismo y nos revelan a un tirano capaz de cualquier cosa por mantener el poder, pero también a un ser atormentado por su amor a Susana San Juan, cuya muerte conduce a Pedro Páramo a abandonarse a la soledad antes de ser asesinado por su propio hijo Abundio.
Una de las innovaciones más llamativas de Pedro Páramo es su estructura. Mientras que la estructura externa se compone de setenta secuencias, sin orden lineal; en la estructura interna estas escenas responden a dos líneas argumentales distintas eficazmente dispuestas para que sea el lector el que tenga que reconstruir la historia: la línea de Juan Preciado por la Comala fantasmal cronológicamente posterior, y la de Pedro Páramo (la Comala real o histórica), ocurrida unos veinte años antes. En las escenas 36-37 Juan Preciado descubre que está muerto, y la historia de Pedro Páramo y Comala se impone a la primera.
Pedro Páramo es el personaje central de la novela. Personaje brutal y dominante, es “un rencor vivo” en palabras de su hijo Abundio. Él representa también la suerte de Comala, pues con su muerte el pueblo acabará desapareciendo. Otros protagonistas son Juan Preciado, su hijo al que no ha conocido, que representa la búsqueda infructuosa del padre y del origen, por lo que tiene un fuerte carácter simbólico. Y Susana San Juan es el amor frustrado de Pedro Páramo y de alguna manera representa la tierra que no sucumbe al poder del tirano y que se deja morir pese al amor de este. Otros personajes sirvan para perfilar ese carácter coral de la obra: el padre Rentería, que arrepentido por no haber sido capaz de denunciar al tirano acabará alistándose con los revolucionarios “cristeros”, Abundio, el hijo de Pedro Páramo que asesinará a su padre y el primero en contactar con Juan Preciado, o Dorotea, que conseguía muchachas a Pedro Páramo y después comparte tumba con Juan Preciado.
Además de la estructura "laberíntica" que hemos mencionado, son otras las innovaciones y aciertos estilísticos de Pedro Páramo. Destacan los diálogos y monólogos austeros y concisos, perfectamente depurados. El estilo es una perfecta mezcla de lengua popular mexicana y lengua literaria. El uso de ciertos símbolos, como el calor que remite al infierno o la lluvia que remite a la abundancia, es también otro de los aciertos de la obra.
Pedro Páramo es una obra que trasciende el realismo de la novela regionalista por la gran riqueza significativa que se puede resumir en tres sentidos o lecturas distintas. Hay en la obra una lectura histórica en la que se muestran las distintas revoluciones mexicanas que asolaron al país en el primer tercio de siglo. Hay también una lectura nacional, pues la obra representa la idiosincrasia del ser mexicano en la violencia, en la resistencia a la opresión o en su peculiar relación con la muerte. Y, por último, la obra contiene también lectura mítica o universal, en temas como la búsqueda del padre o la imposibilidad de realizar las ilusiones que va más allá de su lectura regionalista.

En definitiva, Pedro Páramo fue en su momento una obra que marcó las pautas de la gran novela hispanoamericana del boom y consolidó lo que después se vendría a llamar “realismo mágico”. Su lectura aún impresiona por su riqueza temática y estructural, porque la magnitud de sus personajes y por la especial relación de la vida y la muerte, aunque pueda calificarse de novela desconcertante, porque exige del lector una lectura activa en la reconstrucción de la historia.

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